Durante su discurso ante la
Asamblea General de las Naciones Unidas el martes, el presidente de El
Salvador, Nayib Bukele, destaco el éxito de su gobierno en la lucha contra el
crimen organizado.
A pesar de enfrentarse a las
críticas de grupos internacionales por la violación de los derechos humanos,
Bukele atribuyó el éxito a la determinación de su administración.
Señaló que, si su país hubiera escuchado a los críticos externos, incluidos los de la ONU, El Salvador habría seguido siendo la capital mundial del homicidio.
Bukele declaró que el debate
había terminado y que las decisiones tomadas eran correctas. Destacó que El
Salvador había dejado de ser el país más mortífero del mundo y se había
convertido en un símbolo de seguridad. Más de 72.000 personas han sido detenidas
en virtud del estado de excepción declarado por Bukele en marzo de 2022, tras
un aumento de la violencia de las pandillas.
Se suspendieron algunos derechos
fundamentales, como el acceso a un abogado y a información sobre la causa de la
detención, debido a los poderes especiales otorgados a Bukele por el Congreso.
En El Salvador, las medidas de
seguridad de Bukele gozan de gran popularidad y pueden convertirse en un
elemento central de su campaña para la reelección el próximo año, a pesar de
estar prohibidas por la Constitución de El Salvador.
Bukele desataco en su discurso en
la ONU, “los salvadoreños pueden ahora pasear por sus barrios sin miedo y
permitir que sus hijos jueguen en la calle sin preocuparse por la violencia o
el reclutamiento de las maras”.
En 2015, El Salvador era
considerado uno de los países más violentos del mundo, con una tasa de
homicidios de 106 por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, hasta el 18 de
septiembre, la Policía Nacional Civil ha registrado 146 homicidios, una
reducción del 72% en comparación con el mismo periodo del año pasado.
MMDprensa. Carlos Segura: Esto Es
América.
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