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La casa donde hallaron los cuerpos |
El crimen ocurrió en Alta Gracia, Córdoba. Los
restos de los adolescentes fueron encontrados en un avanzado estado de
descomposición. Qué se sabe hasta el momento de la investigación.
Tras las primeras
horas de conocerse el caso, la principal hipótesis de los investigadores es que
la madre es la responsable de haber desconectado a sus dos hijos electrodependientes, cuyos cadáveres fueron encontrados el lunes en
un estado de descomposición avanzado sobre un sillón del living y cubiertos con
bolsas de nylon negro.
El hecho genera
conmoción en la comunidad de Alta Gracia, provincia de Córdoba, luego de que la mujer haya sido imputada por “homicidio agravado por el vínculo”. Tras su detención, fue trasladada a la
cárcel de Bouwer.
Por el estado “casi esquelético” en el que fueron encontrados y el olor putrefacto que había en el lugar, no se descarta que hayan muerto hace varias semanas, incluso podrían ser meses.
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Escena del crimen en la calle Pachamama |
Una de las particularidades de la causa es que al momento del hallazgo por parte de las autoridades policiales, la madre se encontraba junto a otra mujer orando al cielo. “Rezaba junto a los cuerpos”, señalaron. La mujer, de 36 años, les reveló a los policías que sus hijos padecían problemas neurológicos y motrices. También, les afirmó que estaban “dormidos” sobre el sillón.
La acusada pertenecía a una iglesia evangélica de la ciudad, lo que explicaría por qué se encontraba rezando al lado de los cadáveres de sus hijos. A su vez, habría recibido varios llamados de atención de las autoridades por poner música religiosa a volúmenes muy altos. En cuanto a la amiga que se encontraba en medio de la oración, por el momento no fue detenida.
Vecinos de la zona
contaron que “los chicos se movilizaban
en silla de ruedas y tenían una alimentación especial”. Sobre la
madre, una mujer del barrio declaró a medios cordobeses que “no era muy
sociable”.
Su justificación ante esto era que “celebraba el milagro de Dios de que sus hijos aún estén vivos”.
Además, se destacó que solía estar cubierta, sólo se le veían los ojos “como si fuera una musulmana”. La mujer, aparentemente, era muy celosa de los hijos. No sólo impedía que el padre se acercara por medio de amenazas. Los habitantes del barrio tampoco podían verlos casi nunca, de hecho, algunos tienen recuerdos solo de cuando eran muy chicos.
Los investigadores
describieron el contexto en el que vivía la mujer junto a sus hijos como de
“vulnerabilidad extrema”.
MMDprensa. Infobae
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